Llantos, lamentaciones y amenazas de venganza en el velorio de un cadáver político

Hay consternación en las filas de los “pacíficos” marchistas; desde Miami les llegan frases de aliento que, más bien parecen pésames que se le dan al propio cadáver, sí, porque ya Yunior es un cadáver político, por eso vemos expresiones como, “fuerza Yunior”, “estamos contigo hermano”, “sabemos que eres fuerte”, en fin las más diversas formas de dar condolencias a quien, si la egolatría y su alma lacayuna lo dejan, debe entender que, el personaje de agente de cambio que le asignaron desde Washington falleció el 1 de noviembre en horas de la noche. Todo esto acompañado de las infaltables ofensas  y  amenazas  a quienes no se entristecen con la defunción que los acongoja. 

Ahora, Yunior solo es a los ojos de cualquier cubano digno un miserable traidor. Se acabó la farsa.

Pero la Revolución no se ensaña con ninguno de sus enemigos sin importar el grado de rencor con el que la hayan atacado, o la dimensión del mismo, recordemos como alertó a las autoridades norteamericanas de un atentado que planificaban realizarle al entonces presidente de ese país, Ronald Reagan, sin reparar en la hostilidad que este había mantenido hacia Cuba. Por eso Yunior que solo ha sido uno más de los que, vergonzosamente se han puesto al servicio de los intereses imperiales de tratar de destruir la Revolución, en resumen, un insignificante lacayo, puede estar tranquilo, nadie irá a lincharlo, ni agredirlo a él o a su familia, tampoco será humillado, digo esto con la certeza que me da el haber podido ver la actuación de nuestras autoridades durante varias décadas, donde nada de esto ha sido ejecutado por estas.

Y digo todo esto porque ya hemos visto como ha publicado que, ha sido objeto de un acto de repudio. Las imágenes que divulgó, solo mostraron a una mujer de pueblo detrás de la cual se encontraban unos vecinos del lugar que, sin exaltación, ni amenazas, le dijo que no permitirían actividades contrarrevolucionarias en su barrio. Pero él, tratando de resucitar a su fallecido personaje, se vistió de victima y calificó esa sencilla acción como un acto de repudio.

Este tipo de victimización no es un hecho aislado, en el sitio de su engendro subversivo Archipiélago, uno de sus seguidores publicó un video donde se escucha a una persona insultarlo y amenazarlo,  la “victima”  afirma que es un miembro de la Seguridad del Estado, y dice que lo va a acusar, pues tiene su número de teléfono, que muestra.

Veamos: es público que usted puede solicitar a ETECSA que su número teléfono no se registre por los identificadores de llamadas, la pregunta es, ¿Existiendo esa posibilidad los servicios de seguridad del país serían tan poco profesionales que no harían uso de él y se expondrían a ser identificados?, por favor, pero además, ¿Qué ganarían con una acción de ese tipo?, nada, por el contrario le darían la oportunidad a los marchistas de armar su lloriqueo. Esa misma pregunta hay que hacérsela sobre la aparición de una gallina en la puerta de Yunior, una autobrujería, no puede interpretarse de otro modo, pues nada ganaban las autoridades con hacer algo así.

La desesperación los está llevando a cometer errores fáciles de señalar que tornan insostenibles sus acusaciones.

Y todo ese melodrama lo han armado, solo porque las autoridades, parafraseando lo que le decía Alcides Sagarra a Teófilo Stevenson  cuando este por humanidad ante un rival muy inferior no desembarcaba su poderosa derecha, solo le echaron fresquito, dígame usted si le publican todo lo que deben saber, se esmorecen en llanto.

Tomado de PostCuba

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