Por: Lic. Idael Hidalgo Reina*
No sería la primera vez que un presidente de los Estados Unidos, aproveche el espacio de la Asamblea General de las Naciones Unidas, para justificar la política guerrerista y genocida del país más poderoso usando un discurso inverosímil.
El 12 de septiembre de 2002 el entonces presidente George W Bush decía en la ONU, que sus miembros fundadores acordaron que la paz en el mundo nunca debía volver a ser destruida por la voluntad y la perversidad de ningún hombre. Más adelante decía nuestro compromiso con la dignidad humana encaran el desafío del hombre y las enfermedades.
18 años después el actual inquilino de la Casa Blanca en su soliloquio ante la organización encargada de mantener el equilibrio mundial, en su comparecencia expresaba algo similar, volvía a exponer a la palestra pública su intención de ser protectores del mundo. Esta vez acusando al gigante asiático de ser culpable de la epidemia que hoy paraliza al planeta y lo llama con ironía el virus de China.
Pero no reconoce el esfuerzo del gobierno chino y de su pueblo para cortar el avance de la pandemia y de la ayuda solidaria que ese país prestó a la lucha conjunta, principalmente a países latinoamericanos. El esfuerzo conjunto de las autoridades chinas pudo frenar la propagación, siendo ejemplo de unidad y reconociendo el valor de la vida sobre todas las cosas.
El presidente norteamericano subestimó la enfermedad valorándola como una gripe común y no acató las indicaciones de la Organización Mundial de la Salud, sacrificando a su propio pueblo (¿Qué gobierno que valore la vida de sus seres humanos los expone al peligro inminente de contagiarse con una enfermedad sin rostro?) Solo un presidente fascista como Donald Trump puede violar las indicaciones de científicos y expertos sobre las medidas de bioseguridad y sanitarias para frenar el avance de la Covid 19, pero más grave aún es incitar a las personas en medio del estrés y la desesperación a inyectarse desinfectante atentando contra la vida de las personas. Esa genocida posición adoptada por la administración Donald Trump, no es digna de un mandatario que en su discurso se autoproclama líder de los derechos humanos, que promueve la libertad, la oportunidad para las mujeres y la protección de niños.
Solo los ingenuos pueden creer en las palabras de un mandatario que se vuelve cada vez más hirsuto a la admonición de asesores y especialistas que veían la amenaza directa de esa enfermedad.
Entonces de que derechos humanos hablamos en un país donde no se protegió a su pueblo y hoy son el epicentro de la enfermedad en el mundo con más de 7.321.465 millones de contagios y una alarmante cifra de más de 209.454 fallecidos.
Pensar que producir ventiladores de respiración artificiales para pacientes con la enfermedad es combatirla es algo irreal. Eso solo no basta para contrarrestar el contagio y el número de víctimas y si el magnate presidente respeta tanto las vidas de las personas porque no compartió del excedente de ventiladores que obtuvieron y de la que se vanagloria con países como Cuba y Venezuela ya que dice que está con sus pueblos o no le importa que pierdan la vida a falta de equipo indispensable para pacientes con la enfermedad que contradictorio discurso.
Hablar de lucha contra la opresión de las mujeres, cuando las féminas no perciben el mismo salario es una falacia.
Otra vez más los mandatarios del vecino del norte usan como teatro la ONU para quedar como el eje central del mundo, pero porque no exponen sus grandes fracasos, porque el mandatario de la Casa Blanca no habla del sentimiento de rechazo hacia las razas negra que existe en su país, donde en pleno siglo XXI existe uno de los sentimientos más despreciables que es el racismo y en ese país todavía florece.
Otra ironía del presidente norteamericano es luchar por la independencia de los pueblos de Cuba, Venezuela y Nicaragua pueblos que respaldan a sus legítimos gobiernos y que junto enfrentan las constantes sanciones, agresiones del imperio. Venezuela inspirado en el legado del Comandante Hugo Chávez Frías y bajo la guía del presidente Nicolás Maduro ha soportado ataques directos en su territorio con el fin de quitarle la vida a su presidente y de derrocar a un gobierno electo por la mayoría. Han incrementado el bloqueo económico y financiero contra Cuba para provocar escasez desesperación en su pueblo al que según ellos querían ayudar.
En estos duros momentos que atraviesa el mundo, aplicar sanciones, asfixiar y bloquear a países que luchan también contra la pandemia, acaso eso no es un acto de terrorismo y genocidio entonces donde está la credibilidad de sus palabras.
Hay otra interrogante a las palabras del presidente americano es si no le conmueve los pueblos de Colombia, Chile, Ecuador y tantos otros que siguen ligado a los destinos imperiales, acaso no les importa el sufrimiento de los familiares de los periodistas y líderes sociales asesinados por esos gobiernos. Brasil país que prescindió de los servicios de los médicos cubanos y que se mantuvo firme al discurso americano es el segundo país con más muertes de coronavirus en el planeta y sin embargo este pequeño país ha ofrecido su ayuda solidaria para combatir la epidemia en diferentes partes del planeta, Estuvieron en el epicentro de la enfermedad y partieron como lo que son los médicos cubanos ese ejército de luz ese ejército de batas blancas. Pero sin embargo la campaña hecha por los Estados Unidos para desacreditar su altruista labor es insustentable son muchas las pruebas y agradecimiento de los que han recibido sus manos salvadoras.
En vez de gastar billones de peso en la carrera armamentista, que significa el 38% del gasto global que enérgicamente nuestro presidente condenó en sus vibrantes palabras. Miguel Díaz Canel en su intervención otra vez condenaba las verdaderas intenciones imperiales. Paradójicamente el país que aloja a la sede de la ONU se aparta de tratados internacionales fundamentales, como el acuerdo de París, pone fin a compromisos internacionales fundamentales, como el Acuerdo de París, pone fin a compromisos internacionales de control de la esfera de desarme aclaró nuestro presidente y termino con parte de la intervención del presidente cubano y cito …. Hablamos de un régimen marcadamente agresivo y moralmente corrupto, que desprecia y ataca al multilateralismo, emplea el chantaje financiero en su relación con las Naciones Unidas y con una prepotencia nunca antes vista se retira de la OMS, de la UNESCO y del Consejo de Derechos Humanos.
*Presidente del Movimiento Juvenil Martiano en la Provincia de Santiago de Cuba