«Somos Continuidad»

Por: Adrián Jesús Báez Blanco y Jennifer Wendy Torras Rodríguez

La juventud cubana está llamada a tomar el relevo de la generación fundadora de la Revolución y para conducir la gran fuerza de las masas requiere de una vanguardia que convenza y movilice, a partir de la autoridad que emana del ejemplo personal, encabezada por dirigentes firmes, capaces y prestigiosos, líderes de verdad, no improvisados, que hayan pasado por la insustituible forja de la clase obrera, en cuyo seno se cultivan los valores más genuinos de un revolucionario.

«Somos Continuidad» no es una frase lanzada al vuelo; o como se dice en tiempo de redes sociales, una etiqueta vacía. En ella está la esencia de un gobierno que se levanta sobre la sangre de sus héroes; que se declara hijo de una revolución que no termina con sus guerrilleros.

Una Revolución, si es verdadera, se nutre de sus mejores hijos, especialmente de los jóvenes, para llevar adelante las nobles acciones que se propone. En nuestro país se tiene muy en cuenta que la juventud  es una de las etapas más bellas y emotivas de la vida, en la cual se definen ideales, objetivos, personalidad y se adquieren conocimientos importantes que se ponen al servicio de la sociedad. Como expresara nuestro Guerrillero Heroico «la juventud es la arcilla fundamental de nuestra obra».

Es necesario que creamos en los jóvenes. Creer en los jóvenes no es ver en los jóvenes a la parte del pueblo simplemente entusiasta…es ver en ellos además de entusiasmo, capacidad; además de energía, responsabilidad, además de juventud pureza, heroísmo, carácter, voluntad, amor a la patria, convicción profunda de que la juventud puede, de que la juventud es capaz, convicción profunda de que sobre los hombros de los jóvenes se pueden depositar grandes tareas.1

Esa misma juventud no solo escribió páginas de heroísmo en la lucha contra los opresores, sino que, ya en el poder la Revolución, los jóvenes hemos escrito páginas igualmente brillantes y heroicas en la lucha por llevar la revolución hacia adelante.

Fueron jóvenes los que se inscribieron en los contingentes de maestros para ir a enseñar a las montañas; fue el joven, Conrado Benítez, el primer mártir en la lucha contra el analfabetismo; y fue otro joven Manuel Ascunse Domenech, quien diera su vida heroicamente  frente a las bandas  del imperialismo durante la campaña de Alfabetización. En una de las tareas más gloriosas. Hoy los jóvenes somos continuidad de esa proeza, estamos dando el paso al frente en la tarea «Educando por amor» siguiendo los pensamientos y las actitudes de nuestros grandes mártires.

Nuestros jóvenes se han distinguido singularmente en la defensa de la patria jóvenes de entre 15 y 20 años nuestros artilleros antiaéreos, que con tan extraordinario valor se enfrentaron a los aviones enemigos en Playa Girón, cuando participaron en la lucha contra bandidos. Pero es precisamente la juventud la que nutre hoy a nuestras fuerzas Armadas Revolucionarias y nuestro Ministerio del Interior.

Somos continuidad hoy también desde nuestras aulas mediante el estudio para aportarle a nuestro país: universitarios, técnicos y obreros de bien con gran valor y lealtad a la Revolución; en seguir protestando por el injusto Bloqueo sometido por el gobierno Yanqui, participando en marchas, actos y en todo lo que nos solicite la revolución como lo hicieron Julio Antonio Mella, José Antonio Echeverría, Frank País, Abel Santamaría entre otros jóvenes que dieron su vida por nuestro país.

Nuestra revolución nos necesita y siempre nos ha necesitado por lo que nunca pero nunca le debemos fallar, nosotros fuimos el pasado, somos el presente y seremos el futuro. Nos tocó ser los continuadores de grandes hombres que aportaron mucho y no podemos dejar caer ese legado, ni dejarnos comprar por nada ni por nadie y que nadie piense que somos el punto más débil de la sociedad, debemos ser los más fuertes ante cualquier cosa que suceda y los primeros en dar el paso al frente para cualquier tarea asignada

 Como expreso nuestro Fidel Tenemos que saber que todavía caminamos con pasos vacilantes para no caernos, para no tropezar e irnos al suelo; conocer nuestras debilidades para aprender a resolverlas; conocer nuestras flaquezas para liquidarlas y adquirir más fuerzas. Son cosas importantes que nunca se pueden olvidar.

Convencidos de que la juventud actual nunca será débil, elitista, ni alejada del palpitar del pueblo, contribuimos desde el estudio, la investigación, la práctica laboral, al pensamiento unitario de la nación con todos y para el bien de todos, de los humildes y para los humildes, siendo esta las máximas que nos muevan en la búsqueda de una sociedad más justa.

Hoy nuestros jóvenes deben hacer de las derrotas los mayores logros, deben tener la decisión de ordenar y organizar el trabajo para luego llevarlo a la práctica. Convencer a la multitud con ejemplo, orgullo, dignidad, decoro, pasión, amor y entusiasmo.

Nuestros jóvenes siempre dicen presentes al llamado de la patria y demuestran que la dirección del país puede contar con ellos, pues somos continuidad, los pinos nuevos de los que hablara José Martí.

Existe una diferencia generacional, es cierto, pero no podemos olvidar la historia. Quienes iniciaron este proceso fueron jóvenes y ahora nos corresponde a nosotros mantenerlo, porque la Revolución es y será joven.

1 Discurso pronunciado por Fidel Castro en la clausura del Congreso de la Asociación de Jóvenes Rebeldes el 4 de Abril de 1962

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s